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Francesc Murillo Galimany |
Otras veces hemos intentado tratar este formato de entrevista en el pasado pero por diferentes motivos no nos ha sido posible, por lo que ahora el motivo de satisfacción para nosotros es doble. Considero que Francesc Murillo Galimany es un claro exponente de la generación de historiadores de los últimos tiempos, en los que una exhaustiva, diríamos cuasi científica, búsqueda en archivos, bibliotecas y fuentes escritas, así como un tratamiento formal más que encomiable, hacen en su conjunto que sus trabajos nos den una nueva y diferente visión de los acontecimientos y personajes que desempeñaron un papel en la historia de la Guerra de Independencia, o la llamada Guerra del Francés, en Cataluña.
Algunos propugnan que muchos de los recientes trabajos sobre la época napoleónica (extranjeros también) no dejan de ser una re-interpretación de los historiadores "clásicos" del siglo XIX. Yo pienso que es un análisis a todas luces simplista. Los autores pasados sin duda son una fuente más de consulta y muchos de ellos tuvieron la suerte de vivir en épocas no muy tardías respecto los hechos que narraban, pero muchos se enfrascaron en escribir verdaderos panfletos propagandísticos para uno u otro bando, otros incurrieron en errores de bulto, la mayoría carecían de una metodología de trabajo para contrastar las diferentes fuentes y sobretodo del acceso a fondos escritos extranjeros y hasta nacionales, que en algunos casos, como en el del escritor inglés Andrew Roberts con la última correspondencia salida a la luz pública de Napoleón, le han permitido darle una vuelta de tuerca más al perfil del corso, a pesar de los centenares de libros ya escritos sobre el personaje.
Os dejamos ya con nuestra entrevista, en la que hemos intentado abordar con F. Murillo Galimany diferentes temáticas, desde el proceso de escribir un libro de estas características a su visión como historiador de diferentes aspectos de la época, como la presencia de la guerrilla en Cataluña, el papel de los afrancesados catalanes, diferentes episodios bélicos en la lucha contra los ejércitos franceses y los personajes de dicha época, así como sus futuros trabajos en perspectiva.
ENTREVISTA
El Rincón de Byron: ¿Qué es lo que te
movió a escribir un libro sobre la batalla del Pont de Goi y cómo fue, a
grandes rasgos, el proceso de escribir un libro sobre una batalla acaecida
hace 208 años? ¿Qué fuentes principales y secundarias te sirvieron de
ayuda? ¿Las instituciones y organismos son sensibles a este
tipo de iniciativas, o hay que darse de bruces en muchas puertas para
encontrar apoyos oficiales?
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Portada del libro |
A pesar de la ventaja de conocer bien el terreno, el hecho histórico y la
bibliografía, el proceso de elaboración del libro fue largo y complejo, de
hecho lo terminé in extremis para la presentación, que tuvo lugar en
febrero de 2009, durante los actos de celebración del Bicentenario. Mi objetivo
era escribir una historia de la batalla que no se limitara el análisis y
descripción del propio hecho de armas en cuestión, si no que tratara todos los
aspectos que están relacionados con él, y sin los cuales no podemos tener una
visión completa de la batalla y de lo que representó. Así también traté
ampliamente los antecedentes desde los inicios de la Guerra de la
Independencia, tanto por lo que respecta a Cataluña como al resto de España,
sin limitarme a las campañas militares y a los planes de campaña y objetivos de
los comandantes de los dos ejércitos que combatían en Cataluña, sino que en la
medida posible también intenté mostrar la incidencia de la guerra en la
población civil, en especial de Valls y del Camp de Tarragona. También
reconstruí el organigrama de los dos ejércitos que combatieron en Valls, y los
analicé y describí, tanto en lo referente a los generales al mando, como a los
diferentes cuerpos de las distintas armas que allí combatieron, así como las
tácticas utilizadas. Además de tratar
con profundidad las operaciones, movimientos de tropa y acciones parciales que
conducirán a la batalla de Valls, y las diferentes fases de la propia batalla,
también dediqué una parte del estudio a analizar la pérdida sufrida por los dos
ejércitos y las consecuencias inmediatas de la batalla, con el dominio francés
(aunque por poco tiempo) de la mayor parte del Camp de Tarragona y la expansión
de la epidemia de tifus de 1809 en este territorio.
En mi metodología de trabajo tengo por norma acudir siempre que sea posible
a las fuentes originales del hecho histórico que estudio, para así poder
detectar errores y malas interpretaciones que en ocasiones recoge y perpetúa la
bibliografía posterior. Por lo tanto, la investigación me llevó a consultar y
extraer abundante información de diversos fondos documentales, tanto de los
archivos locales de Valls y Tarragona, como de los archivos españoles y
franceses que recogen documentación militar de aquellos años, que me pudiera
aportar información de primera mano sobre la batalla, sus protagonistas,
antecedentes y consecuencias, como es el caso de estados de fuerza,
correspondencia entre mandos, órdenes, expedientes personales,… En este
sentido, consulte diversos fondos conservados en el Archivo de la Corona de
Aragón, el Archivo Histórico Nacional, la Real Academia de la Historia, el
Archivo General Militar de Madrid, el Archivo General Militar de Segovia, Les
Archives Nationales y Le Service Històrique de la Défense. Junto a estos fondos
documentales, otras fuentes principales consistieron en la bibliografía
generada por protagonistas de la batalla o contemporánea a esta, como es el
caso de las obras de Gouvion Saint-Cyr o de Vacani, y la prensa contemporánea,
como por ejemplo el Diario de Tarragona o el Diario de Mallorca. Las fuentes
secundarias han consistido principalmente en la bibliografía publicada con
posterioridad a la primera mitad del siglo XIX, ya sean obras generales que
traten esta campaña, biografías de sus generales, o estudios sobre la
organización y estructura de los cuerpos y ejércitos que combatieron en Valls.
Otra fuente primaria que he trabajado con profundidad, ha sido el propio
terreno, el campo de batalla, que ha sufrido pocas transformaciones importantes
desde 1809, y en la medida posible, los restos materiales que se conservan de
la batalla.
Referente a la sensibilidad institucional hacia este tipo de iniciativas,
al tratarse de una bolsa de estudios, ligada a una publicación y a la
celebración de un bicentenario, las instituciones y organismos locales dieron
todo su apoyo a esta iniciativa. En Valls tenemos la suerte de contar con una
institución, el Institut d’Estudis Vallencs, que da apoyo a las iniciativas
serias y rigurosas que tengan por objetivo investigar y divulgar cualquier
aspecto de la historia de la ciudad y de la comarca, y como siempre, su apoyo
fue de gran ayuda. Del personal de las bibliotecas y archivos, nunca he tenido
ninguna queja, ya que siempre ofrecen su ayuda y facilidades, y más en
investigaciones como esta, que requieren el esfuerzo de viajar a Paris, Madrid
y Segovia y pasar semanas encerrado en sus archivos."
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"... En este sentido, consulte diversos fondos conservados en el Archivo de la Corona de Aragón, el Archivo Histórico Nacional, la Real Academia de la Historia, el Archivo General Militar de Madrid, el Archivo General Militar de Segovia, les Archives Nacionales y le Service Històrique de la Défense."
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(R.B): Las nuevas
generaciones de habitantes de Valls o sus alrededores, y en general los habitantes
del Camp de Tarragona o la Conca de Barberà, ¿crees que son
conocedores de lo que pasó en la Batalla del Pont de
Goi?
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La localidad de Valls (en rojo) en un mapa de Cataluña. |
(R.B): ¿Qué enseñanzas o consejos podrían darse a los jóvenes historiadores e investigadores que al igual que Francesc Murillo, quieran dedicar su tiempo y energías a escribir e investigar sobre una batalla o un episodio de la Guerra de Independencia, por ejemplo? ¿Qué errores crees que tendrían que tratar de evitar?
(F.M.G.): "Les recomiendo que siempre intenten consultar las fuentes primarias,
contemporáneas a los hechos o a lo menos escritas posteriormente por sus
protagonistas, especialmente los fondos que se conservan en los archivos
militares. Evidentemente también es necesario consultar toda la bibliografía
escrita sobre el hecho histórico que quieran investigar. Siempre hay que
analizar la documentación y la información con ojo crítico, y intentarla
trabajar des de un punto de vista objetivo, en la medida posible. También es
necesario intentar entender y saber ajustarnos a la mentalidad de la época que
estudiamos, ya que si no lo tenemos en cuenta no estaremos en condiciones de
realizar una buena interpretación de los hechos que estamos investigando. Un
error habitual es dar por sentado la veracidad absoluta de la información que
dan obras generales o que tratan en mayor o menor medida esta batalla,
publicadas a partir de mediados del siglo XIX hasta la actualidad, ya que en
ocasiones se han producido errores de interpretación, que han ido recogiendo sucesivamente
obras posteriores. Así, la columna de tropas procedente de Tarragona que, tenia
que ayudar en la operación de retirada del ejército de Reding, se convirtió con
el paso de los años en una supuesta columna de refuerzo; la supuesta traición
del gobernador Smith, que no habría dejado salir la mencionada columna; una
carga conjunta del 24º de dragones y los Dragones Napoleón, que habría frenado
el avance español durante los combates del mediodía, que en realidad no
sucedió; una supuesta carga de caballería con Reding a la cabeza al final de la
batalla, que no tuvo lugar; la muerte de Reding a causa de las heridas
recibidas, cuando en realidad sanó de ellas, pero fue víctima de la epidemia
del tifus; o bien que según Gómez de Arteche el fuego de la artillería francesa
no alcanzaba las posiciones del Serradalt (donde han aparecido proyectiles
disparados por las piezas de artillería francesas), entre muchos otros
ejemplos. Por eso es necesario acudir a la documentación y bibliografía
original, analizándola con ojo crítico, para separar la información real de la
que en realidad es propaganda de guerra o justificaciones interesadas de
algunos protagonistas. Este trabajo crítico de las fuentes también nos será
útil para detectar los posibles errores de interpretación recogidos en la
bibliografía posterior."
(R.B.): En tu opinión, ¿qué diferencia a los historiadores franceses (e ingleses, si es el caso) de los españoles del siglo XIX que consultaste o que tuviste acceso, cuando tratan de los aspectos de la batalla y si es extensible al tratamiento de la Guerra de Independencia en general?
(F.M.G.): "En este caso solo utilicé autores españoles, franceses y italianos. La
mayoría, especialmente en las obras generales, junto a la interesante
información que aportan, en muchos casos sueltan ciertas dosis de propaganda de
guerra y, sobretodo en las obras francesas y italianas, una superioridad sobre
el contrario. Así lo encontramos especialmente en obras italianas, como las de
Lisoni, Vacani o Zanoli, donde en ocasiones parece que con las tropas italianas
fuera suficiente para ganar la guerra y derrotar a cualquier ejército español
que se les hiciera frente, aunque les superara ampliamente en número. Incluso
en algunas de estas obras, da la impresión general que las tropas francesas jugaron
un papel secundario en las campañas dónde combatían tropas italianas. En las
obras francesas también nos encontramos con una actitud similar de superioridad
respecto a los mandos y tropas españoles, y evidentemente a los "brigands",
a los combatientes irregulares (los somatenes, a los que algunos autores
también añaden los miqueletes), considerados unos bandidos y asesinos, a los
que no se les da cuartel. En estas obras, el soldado francés y el italiano
siempre es superior en todos los aspectos al soldado regular y al combatiente
irregular español, al que casi siempre derrotan con facilidad, aunque sean muy
inferiores en número. Pero cuando tratan la batalla de Valls, algunos autores,
especialmente los que fueron protagonistas, como Gouvion Saint-Cyr, Vacani,
Jolyet o Lisoni, destacan el valor de Reding y de sus hombres durante la
acción, así como el buen papel que jugó la artillería español durante la
acción, y los movimientos y el fuego efectuado por la infantería, especialmente
en la fase final de la batalla. Aunque este sea un reconocimiento cierto al
buen comportamiento del ejército de Reding (que también detectamos en otros
documentos contemporáneos, en los que oficiales italianos y franceses destacan
el buen papel de las tropas españolas en Valls, así como en las fuentes
españolas), también es bastante habitual que en las obras escritas por los
vencedores, se reconozca y remarque considerablemente el empeño y valor
demostrado por sus contrarios, para así acrecentar la gloria de la victoria.
Además, en el caso de Valls, se añade el hecho, que destacan algunas fuentes,
de que se trata de la victoria sobre Reding, el vencedor de la batalla de Bailen, y la derrota de un ejército en el que se contaban numerosos veteranos
de la que fue la primera derrota de un ejército napoleónico en un campo de
batalla.
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La obra de Adolfo Blanch. |
(R.B.): La batalla me recuerda a otros encuentros de las armas españolas contra los ejércitos del Emperador francés, en los que pese a hallarse en un terreno más elevado y a priori más ventajoso, perdían la iniciativa por el flanqueo y empuje de la caballería francesa y se daba el consiguiente hundimiento inmediato de la línea española? ¿Hay alguna explicación de porqué se incurría en esta situación repetidamente? Estás de acuerdo con la lectura que las tropas españolas sólo daban buen rendimiento cuando estaban parapetadas tras fortificaciones o ciudades, como propugnaban o propugnan algunos historiadores británicos?
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El ataque final a la línea española en la batalla de Valls. |
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"... no es cierto que las tropas españolas fueran incapaces de dar un buen rendimiento en el campo de batalla. Son conocidos los casos de las victorias españolas en las batallas campales de Bailen, Alcañíz, Tamames y San Marcial, a las que se añaden las obtenidas en un buen número de combates menores, ..."
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En Valls combaten mayoritariamente tropas regulares y incluso muchos de los regimientos de nueva formación, como es el caso de los creados en Granada, como el 2º de Saboya, eran unidades fogueadas en las campañas de 1808 y tenían en sus filas un elevado número de tropas veteranas procedentes de regimientos del antiguo ejército regular. En general eran tropas fiables, en las que Reding tenía confianza, y que el día antes de la batalla el coronel británico Charles Doyle definió como quizá el mejor ejército (español) que quedaba en España. En el caso de esta batalla, la causa principal del hundimiento del ejército, fue el plan de ataque general llevado a cabo por Gouvion Saint-Cyr, junto a la mayor veteranía y capacidad de maniobra del conjunto de sus fuerzas.
Si bien es evidente que las tropas españolas eran mucho más efectivas
cuando defendían una plaza, bien parapetadas tras sus fortificaciones y
realizando salidas parciales para ralentizar los trabajos de asedio
napoleónicos, ya que para esta función se podían destinar tropas poco
preparadas para combatir a campo abierto, no es cierto que las tropas españolas
fueran incapaces de dar un buen rendimiento en el campo de batalla. Son
conocidos los casos de las victorias españolas en las batallas campales de Bailen, Alcañíz, Tamames y San Marcial, a las que se añaden las obtenidas en un
buen número de combates menores (como los de Sant Cugat en 1808, Castelló
d’Ampurias en 1809, la batalla de Figuerola y en la de Cardona en 1811 y la de
Vilaseca en 1812, entre muchos otros), pero también el buen papel que jugaron
las tropas españolas que combatieron junto a sus aliados británicos en las
batallas de Talavera, la Albuera y Vitoria. Aunque, por las razones antes
expuestas, el porcentaje de victorias napoleónicas entre las batallas campales
que libraron exclusivamente contra las tropas españolas, es muy superior al de
las victorias españolas, en las acciones menores el porcentaje está más
equilibrado. De hecho, muchos cuerpos rendirán un buen papel incluso en las
derrotas, ya sea en momentos puntuales del combate, logrando frenar o incluso
derrotar parcialmente a sus contrarios, o bien cubriendo la retirada del resto
del ejército tras la derrota."
(R.B.): El papel de la caballería española en la batalla no pasó de ser bastante secundario, quizás por el planteamiento defensivo de Reding o por la naturaleza del terreno en que se encontraba. ¿Crees que se podía haber hecho un uso más activo de la misma sobretodo en sus fases iniciales?
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Bancales en el paisaje actual del campo. |
(R.B.): Tras haber estudiado detenidamente todas las etapas de la campaña que condujeron finalmente a la batalla campal, ¿cuál es tu explicación particular de la opción tomada por Reding de seguir el curso del Francolí para retirarse hacia Tarragona en vez de optar por un rodeo más alejado de los franceses como propugnaban parte de sus oficiales?
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Teodoro Reding von Biberegg |
(R.B.): El papel de la guerrilla que se dio en la Cataluña de entonces, ¿crees que tenía las mismas características o difería de las que se dieron en el resto de España? ¿Pudo haber sido de más ayuda en lo que se refiere a esta campaña de la Batalla de Valls en particular?
(F.M.G.): "En aquellos primeros años de la Guerra de la Independencia, en Cataluña las
acciones de guerrilla recayeron en los somatenes, un sistema de defensa
autóctono de origen medieval, que consistía en convocar a toque de campana a
los vecinos de un municipio, que se armaban y organizaban para hacer frente a
un enemigo que lo amenazase. Aunque en las fases iniciales de la guerra, se
hizo amplio uso de los somatenes destinándolos a reforzar posiciones como por
ejemplo la línea del Llobregat, esto resultó un fracaso, ya que era un tipo de
sistema de defensa creado para proteger la población de dónde procedían aunque
fuera en los pasos de montaña más o menos cercanos a esta, o a lo sumo para
mantener una posición más alejada durante unos días o semanas. Así, que al poco
tiempo de ocupar aquellas posiciones del Llobregat, muchos miembros de los
somatenes empezaron a regresar a sus casas, dejándolos en cuadro. De hecho su
efectividad en emboscadas y otras acciones propias de la guerra de guerrillas,
se hacía patente cuando actuaban cerca de sus poblaciones de origen, y por lo
tanto defendían directamente sus familias y bienes. Así, a diferencia de las
guerrillas más o menos estables que se
constituirán en otras regiones de España, que en algunos casos llegaran a ser
verdaderos ejércitos guerrilleros (que avanzada la guerra serán militarizadas y
transformadas en regimientos), la mayoría de los somatenes se convocaban para
hacer frente a un peligro concreto y luego regresaban a sus casas. Por otra
parte tenemos a los miqueletes, pero estos fueron el intento de la Junta del
Principado de formar un ejército regular basado en cuarenta tercios de
miqueletes de nueva creación y las pocas unidades regulares existentes en
Cataluña en los primeros meses de la guerra. Aunque los miqueletes también
practicaran en ocasiones la guerra de guerrillas, se trataba en este caso de
unidades que podríamos considerar regulares (de hecho lo serian oficialmente a
partir de 1810, cuando se convirtieron en las Legiones Catalanas). Por lo que
respecta al papel que jugaron en la batalla de Valls, este fue testimonial,
aunque durante la mañana fueron llegando somatenes de las poblaciones cercanas,
hasta reunir cerca de un millar (entre los que se contaban unos 600 de Reus),
participaron poco (y a distancia), en los combates, pero sufrieron el acoso de
la caballería napoleónica, que provocó numerosos muertos, ya que no daban
cuartel a los combatientes vestidos de civil. Aunque Reding hubiera logrado
reunir el doble de somatenes, su papel también hubiera sido irrelevante en
aquella batalla campal."
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"... En aquellos primeros años de la Guerra de la Independencia, en Cataluña las acciones de guerrilla recayeron en los somatenes, un sistema de defensa autóctono de origen medieval, que consistía en convocar a toque de campana a los vecinos de un municipio, que se armaban y organizaban para hacer frente a un enemigo que lo amenazase."
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(R.B.): El papel de los generales españoles de los ejércitos de la época salvo honrosas excepciones, no dejó de ser bastante discreto, cuando no claramente deficiente. Crees que la historia ha sido justa con ellos? ¿Podrían haber hecho más de lo que hicieron con el material humano y bélico de que disponían? ¿El papel de las Juntas en general, podríamos considerarlo un elemento más negativo que positivo en el comportamiento militar de los generales españoles?
(F.M.G.): "La historia no ha sido demasiado justa con muchos generales españoles, que
se vieron obligados a presentar batalla dirigiendo ejércitos de peor calidad
que los de sus oponentes, a pesar de sus esfuerzos por organizar y instruir un
ejército formado en muchos casos por un elevado porcentaje de reclutas mal
instruidos, mal equipados, con pocos oficiales incluso a nivel de compañía y
batallón, con una caballería poco numerosa y con monturas de peor calidad que
las napoleónicas, y una artillería generalmente bien servida, pero que
habitualmente se perdía en cada derrota debido a la falta de un tren de ganado
propio. Si a estos factores añadimos el hecho que faltaban oficiales
especializados de estado mayor, a nivel de divisiones y de ejércitos (el Cuerpo
de Estado Mayor, se fundó en 1810), hecho que se traducía en errores y
deficiencias en las planificaciones y transmisiones de órdenes, y que sobretodo no existiría un mando militar
único y con él una estrategia unificada para los ejércitos españoles hasta
finales de 1812, cuando este recaerá en el duque de Wellington, no es de
extrañar el papel en general discreto y en un buen número de casos deficiente
de gran parte de los generales españoles. También hay que tener en cuenta que a
diferencia de los mandos napoleónicos, curtidos y veteranos de las campañas de
la Revolución y del Imperio, que llevaban casi dos décadas participando
constantemente en campañas, la mayoría de generales españoles tenían una
experiencia de combate mucho más limitada, adquirida en la Guerra de la
Convención o en las guerras contra Inglaterra (el sitio de Gibraltar, el de San
Felipe de Menoría,…) y en la defensa de los presidios de África, como es el
caso del sitio de Oran. Además, la falta de generales y brigadieres, para tomar
el mando de divisiones y columnas de los nuevos ejércitos, así como para ocupar
los empleos de los estados mayores de cada ejército, provocaron nombramientos y
ascensos a jefes y oficiales que en muchos casos no estaban capacitados para
mandar más allá de un regimiento. Un buen ejemplo lo tenemos en el coronel del
regimiento de Húsares de Granada, que fue ascendiendo durante la guerra,
demostrando ser un buen coronel, brigadier y mariscal de campo (el equivalente a
general de división francés), pero que en 1811 fracasará estrepitosamente como
comandante en jefe del ejército de Cataluña, al no estar capacitado para un
mando de aquellas características. Finalmente, hay que tener en cuenta la
presión y incidencia negativa de las Juntas Provinciales y de la Junta Suprema
Central, y de los políticos locales e incluso del pueblo, que exigirán
constantemente resultados a los generales al mando de los diferentes ejércitos
españoles, obligándoles a presentar batalla siendo estos conscientes que sus
tropas, mal equipadas, poco instruidas y en ocasiones mal mandadas, no estaban
preparadas para salir victoriosas de aquel lance."
(R.B.): El fenómeno de los afrancesados o partidarios del gobierno de José I, crees que tuvo mayor importancia en las tierras de Tarragona, o en general en Cataluña por estar más próximos geográficamente con las ideas de la Revolución que en otras partes de España o no difirió en mayor medida?
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División administrativa en departamentos de Cataluña (1812)* |
(R.B.): Tenemos entendido que tienes en proyecto un trabajo sobre el asedio de Tarragona del 1811. ¿Podrías darnos algunos apuntes de lo que será?¿Qué aspectos abordará tu trabajo que en tu opinión puedan darnos una lectura más esclarecedora de este episodio de la Guerra de Independencia?
(F.M.G.): "Si, desde 2009 estoy trabajando en la
elaboración de un libro sobre el asedio de Tarragona de 1811, que ya se
encuentra en su fase final y terminaré a finales de año. Una vez más se trata
de una beca, en este caso del Ayuntamiento de Tarragona, un apoyo económico
absolutamente necesario para cubrir parte de los gastos que genera una
investigación de un hecho histórico de estas características, que obliga a
realizar numerosos viajes y estancias semanales en Paris, Madrid y Segovia,
para realizar el vaciado de la riquísima información de sus archivos militares.
El sitio de Tarragona, que se alarga del 4 de mayo al 28 de junio de 1811, es
el último gran asedio que tiene lugar en Cataluña, hecho que lo ha dejado un
poco a la sombra de los conocidísimos sitios de Gerona, y en menor medida de
Lérida y Tortosa, con la particularidad de que Tarragona fue la capital de la
Cataluña resistente prácticamente desde los inicios de la guerra, la gran base
de operaciones y cuartel general del ejército y la última gran plaza que
controlaba el ejército español en este territorio. La conquista de Tarragona
fue un objetivo de primer orden del mando imperial en Cataluña, desde las
primeras fases de la guerra, y los diversos intentos para hacerse con ella
fracasaran hasta 1811, por la imposibilidad del ejército francés en Cataluña de
disponer de suficientes tropas y material de asedio, y sobretodo de garantizar
el suministro de provisiones, para hacer frente a un asedio largo y complicado
de una plaza que contaba con una defensas que iban mejorando con el paso de los
meses, disfrutaba de comunicación abierta por mar y contaba con la presencia de
una numerosa guarnición y a menudo con el grueso del ejército español de
Cataluña. Su conquista solo será posible cuando, en marzo de 1811, se encargue
esta misión al ejército francés de Aragón, bajo el mando del general Suchet,
que llevará a cabo un asedio bien planificado y constante, en el que los
suministros estarán garantizados, y que a pesar de la defensa tenaz de la
guarnición conseguirá tomar, mediante un ingente trabajo de asedio y unos
asaltos decididos, una tras otra las obras exteriores, la parte baja y
finalmente la parte alta de la ciudad. Con su conquista Suchet obtendrá el
bastón de mariscal y el camino libre a Valencia, mientras que el ejército
español en Cataluña quedará reducido durante un tiempo a la mínima expresión.
El estudio que elaboro presenta una estructura similar a la que seguí con la
batalla de Valls, con la consulta de abundante información inédita que me
permite reconstruir minuciosamente, los antecedentes, la planificación y
objetivos de los comandantes en jefe de los dos ejércitos y la distribución de
las fuerzas durante el asedio y sus diferentes fases. Una vez más, esta
investigación me permite detectar y corregir errores y malas interpretaciones
acumuladas con el paso de los años, que varían en algunos casos de manera
notable, algunos hechos producidos durante el asedio."
(*) De Treehill (discusión) - Map administrative divisions of the First French Empire 1812-fr.svg, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47755637
Agradecer muy especialmente a Francesc Murillo Galimany que nos haya atendido una vez más para la confección de esta entrada que cierra esta apasionante trilogía sobre la batalla de Valls en "El Rincón de Byron" y sin cuyo concurso no hubiera alcanzado la profundidad y el rigor que sin duda alguna merece.
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(*) De Treehill (discusión) - Map administrative divisions of the First French Empire 1812-fr.svg, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47755637
Agradecer muy especialmente a Francesc Murillo Galimany que nos haya atendido una vez más para la confección de esta entrada que cierra esta apasionante trilogía sobre la batalla de Valls en "El Rincón de Byron" y sin cuyo concurso no hubiera alcanzado la profundidad y el rigor que sin duda alguna merece.